Ahí vamos...

Cuando todo parece ir bie, siempre algo pasa, como si el estar tranquilo no fuese tu estado natural.
No concibo la mala intención en la gente, más aún si no has provocado; pero en esta sociedad cada día más individualista hay que estar atento a ese tipo de gente.
Vivo de la forma que me sienta más cómodo, a veces no es del gusto de todos, pero he aprendido que de tanto preocuparte de los demás te dejas demasiado de lado, desatendido y a la hora de necesitar atención solo hay ingratitud.
“Debes sangrar y ver el fin... todo vuelve a empezar”, dice una parte de una canción que ha sido de gran ayuda en momentos difíciles, pues bien, empiezo a estancar la herida de una vez y a tratar de vivir en paz con los errores y penas a cuestas, habrán muchos otros nuevos... pero de eso se trata, ensayo y error.
Es raro sentir cosas nuevas, sentirte valorado por tus amigos, necesitado, acogido y querido por terceros... sobre todo si has sido anulado de esas sensaciones casi por osmosis. Por eso, me quedo contigo.
Vuelvo a ser yo, el de antes, más auténtico y convencido de que no estoy tan mal en mi forma. La tercera es la vencida... veamos si ahora resulta.

Felicitaciones a mi socio por el gran acontecimiento, ahora empezarás a entender muchas cosas de las que hablamos hace mucho tiempo.